Las autopistas están obstruidas. El terror persigue nuestras ciudades. En las tiendas y restaurantes, el cliente rara vez es justo. Las presiones de la vida urbana pueden enojar a cualquiera. Pero William Foster está más que enojado, fuera de lo normal. Foster dice "Me voy a casa" mientras abandona su descompuesto auto en el día más caluroso del año. En cambio, camina directo a la pesadilla humana volviéndose absurdamente divertido e intensamente violento.