La arquitecta Hope pierde su abuela de repente. Cuando vuelve a su ciudad para encerrar unas cuestiones burocráticas, ella descubre que el testamento tiene una cláusula que dice que tiene que vivir en la casa de la abuela por algún tiempo, para que puede recibir su herencia. Con el pasar del tiempo, Hope aprenderá que la herencia no es lo único que su abuela le desea pasar.